Por segundo día consecutivo, Estados Unidos lanzó bombardeos selectivos contra posiciones de los rebeldes hutíes en el Yemen, pese a que los llamados de los países de Oriente Medio y de la ONU no han cesado ante el temor a que esta escalada militar derive en una guerra regional.
La primera acción tuvo lugar a las 3.45 de la madrugada hora de Saná (00.45 GMT), cuando el destructor naval estadounidense USS Carney disparó misiles de ataque terrestre Tomahawk, según el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), que indicó que la acción fue dirigida contra un radar utilizado por los hutíes.
Washington no detalló el objetivo del ataque, si bien testigos afirmaron a EFE que dos proyectiles impactaron contra la base aérea de Al Dailami, en el norte de Saná, la capital del Yemen controlada por los insurgentes desde 2014.